Fue un domingo lluvioso, a finales de julio 2023, cuando 27 escritoras se reunieron en un círculo de complicidades, para dejar volar la imaginación y aprender de las formalidades de la escritura. Lo anterior, de la mano de una de las voces femeninas mexicanas más reconocidas en los últimos años: la escritora Dahlia De La Cerda, quien por segunda ocasión en menos de 24 horas nos compartía sus historias, recorrido, profunda empatía y voz de denuncia sobre el acontecer cotidiano en las vidas de muchas mujeres.
El lugar: el noveno piso de un edificio en Reforma. Este semillero de estrategias en materia de asuntos públicos y de cabildeo, atestiguó por más de dos horas el revoloteo creativo de personajes, vivencias magnificadas, recursos ficcionales, estructuras narrativas y demás elementos que pudiesen aportar al oficio de todas —terapéutico y autodidacta en la mayoría de los casos, profesional en algunos otros, pero siempre un recurso orientado a (re)encontrarnos y (re)conciliarnos con nuestro entorno y formas de vincularnos—.
Con la llegada de Dahlia, la sala de juntas se transformó en un espacio de sororidad y mucho colorido. Pudimos compartir varias tazas de café y bocaditos de pan con pedacitos de nosotras mismas en forma de historias. Pasaron los minutos y también el nerviosismo; fuimos explorando el poder de las palabras y abriéndole paso a la libertad creativa y al descubrimiento de nuestras voces. Todo, bajo la guía y apreciación de la hidrocálida, quien hasta nos dejó tarea y no paraba de darnos espacios para ejercitar la pluma.
“Ahora, unos minutitos para que piensen en las características de su personaje", nos comentaba Dahlia. Luego: "¿Qué lo define? ¿Qué le afecta? ¿A qué retos se enfrentará? ¿Logrará resolverlos?” Y al final, “ahora, quiero que terminen de desarrollar su narración con ayuda de los elementos que revisamos y que me manden un correíto con sus textos para que nos leamos y nos retroalimentemos”. Ligando esto último y de acuerdo con las impresiones del taller que más tarde nos hicieron llegar las participantes, se logró naturalizar la famosa introspección que tanto se nos escapaba, y sobre todo, llegar a la autoconfianza y a un desprendimiento de los juicios propios que tanto entorpecen a la elucubración creativa.
Al concluir el taller, nos sentíamos todas en un espacio seguro y de reconocimiento. Compartimos muchos abrazos, intercambiamos números telefónicos y nos tomamos un montón de fotos con Dahlia para fijar en nuestras memorias la tarde de lluvia, el comienzo de nuevas amistades y la obtención de nuevos aprendizajes. Porque, de eso se trata, ¿no? Venimos a esta vida a aprender de todo y a desarrollar nuestras capacidades, y qué mejor que aprender de personas tan llenas de talento como la mismísima Dahlia, y en compañía sorora de quienes comparten un gusto; en este caso, ¡por la letra escrita y las confidencias!
Agradecemos a Grupo Estrategia Política por ser un aliado en la creación de espacios seguros donde la creatividad florece. A todas las participantes, por abrir sus corazones y ser parte de esta hermosa experiencia. Y, sobre todo, a Dahlia de la Cerda, por compartir con nosotras un poco de la grandeza de su ser. Gracias a Stay Curious por crear estos momentos inolvidables que quedarán grabados en nuestras almas.
Redacción
Adriana Navarro
Consultora de asuntos públicos en la Ciudad de México; lectora y escritora simultáneamente (como todxs); deportista, pintora en acuarela y bailarina de salsa ocasional; amante del vino tinto, el pan dulce y Pedro Páramo. Su filosofía; ni muy-muy, ni tan-tan.
Edición
Marshiari Medina
Editora de Stay Curious Club, es madre a tiempo completo, directora de la iniciativa socioambiental Proyecto Tropósfera, además es escritora y collagista. Aficionada al chocolate, vive en una geometría cósmica hecha de mundos gobernados por lógicas pop no-euclidianas.