Hola, lectora: Soy Any, chihuahuense de nacimiento y chilanga por adopción desde hace casi 15 años.
Mi transitar feminista ha sido, en gran parte, autodidacta, moldeado por el pensamiento de amigas que se convirtieron en familia cuando lleguĂ© al De-Efe (hoy CDMX). Sus ideas, que en un inicio me parecĂan disruptivas, pronto se revelaron como profundamente inteligentes e indispensables.
CrecĂ en un entorno donde se nos enseñaba que Ă©ramos nosotras quienes debĂamos “darnos a respetar”. No podĂa ir sola al cine porque “era mujer” y debĂa estar acompañada de mi hermano. A misa habĂa que ir vestida modestamente porque, de lo contrario, “los hombres podrĂan pecar” (o algo asĂ dijo un sacerdote una vez, y nunca lo olvidĂ©). Escuchaba frases como: “El hombre llega hasta donde la mujer quiere”, “La indiferencia es la coqueterĂa más fina”, “A las niñas solo les gusta andar de voladas con los niños”, “DĂ©jala, anda en sus dĂas”, “A la mujer no se le toca ni con el pĂ©talo de una rosa”. Frases que nos pintaban como frágiles, como seres a quienes habĂa que cuidar… incluso de nosotras mismas.

Como chihuahuense, tambiĂ©n crecĂ viendo las noticias sobre las “muertas de Juárez” como algo “normal”. No entendĂa por quĂ© las mataban, pero, dentro de mi machismo internalizado, pensaba: “Es que para quĂ© andan solas en la noche”. Culpaba a las mujeres de lo que les pasaba sin siquiera darme cuenta. AĂşn hoy, de vez en cuando, esas ideas asoman la cabeza, y trato de frenarlas.
AsĂ, sin notarlo, crecĂ creyendo que mi papel como mujer era secundario (y hormonal).
Un dĂa, la vida y la bĂşsqueda de un mejor trabajo me trajeron a la CDMX. Además de su clima envidiable, esta ciudad me regalĂł algo invaluable: libertad. AquĂ el quĂ© dirán parece importar menos. Disfruto el anonimato, la diversidad, la posibilidad de ser. En esta ciudad entendĂ que vestirme como quiero, pensar diferente y encontrar alternativas más allá de la misa dominical no solo era posible, sino necesario.
Mi estancia en la CDMX me ha hecho cuestionar (y cuestionarme) muchas de las creencias con las que crecĂ sobre el “deber ser” de las mujeres. Ahora llamo a las cosas por su nombre. SĂ© que un comentario misĂłgino o machista no solo es “polĂticamente incorrecto”, sino tambiĂ©n violento, y no es chistoso. He aprendido a levantar la voz y señalar cuando algĂşn “mensajito gracioso” cae en una de esas categorĂas… porque –como dicen por ahĂ– nunca más tendrán la comodidad de mi silencio. Sin embargo, esto no ocurre todos los dĂas. Sigo deconstruyĂ©ndome y cuestionándome. A veces es cansado nadar contra la corriente, y no siempre desayuno mi huevito feminista con jamĂłn ni me tomo mi licuado para cambiar el mundo. Y tambiĂ©n está bien. El crecimiento no es instantáneo ni se mantiene inerte con el tiempo. Como todo proceso, fluctĂşa.
En este camino de crecimiento y quesadillas sin queso, he encontrado personas que también se cuestionan. Gracias a ello, conocà Stay Curious Club.






El feminismo también invita a los hombres a transformar su mundo. Fotos por Aurelia Velasco, 2024
En 2024 habĂa ido solo a una dinámica, pero sabĂa que querĂa seguirme involucrando. Los tiempos coincidieron y asĂ lleguĂ© a mi primera posada feminista (chan-chan-chan).
Para mi sorpresa, era mixta. ¡QuĂ© “mothernas”! pensĂ©. DudĂ© en invitar a mi novio porque no estaba segura de si le interesarĂa. SabĂa que no serĂa un foro para “echarle tierra a los hombres”, pero aun asĂ pensĂ© que quizá podrĂa sentirse incĂłmodo. Por curiosidad y por hacerme feliz, aceptĂł. Yo me la juguĂ©, porque conocĂa a pocas personas.
Al cabo de varias dinámicas, en las que los presentes nos permitimos abrir nuestra vulnerabilidad, sentĂ que empatizamos. Ellos con nosotras, nosotras con ellos y nosotras entre sĂ.







Entre risas, abrazos y reflexiones, tejemos redes de apoyo y sororidad. Fotos de Aurelia Velasco, 2024
¡Y la cereza del pastel no pudo faltar! Hubo piñata, por supuesto: un útero rosa. Qué gracioso y simbólico, pensé. Además de estar llena de dulces, escribimos en tarjetones creencias (propias o aprendidas) que consideramos no le sirven a una sociedad que aspira a ser igualitaria y equitativa, y las pusimos en su interior… precisamente para romperlas. Romper con todas esas veces que escuchamos: “Llora como niña”, “Calladita te ves más bonita”, “Es que es mujer”, “El cabello largo es para niñas”, “Estás muy joven y bonita para estar sola” y “Las mujeres no deben estar en puestos de poder porque son volubles”, entre otras.




¡La piñata se rompe, el patriarcado también! Divertirse también es resistir. Fotos de Aurelia Velasco, 2024
Las palabras tienen poder porque moldean comportamientos… y los comportamientos se aprenden, pero también se pueden desaprender.
Una de las cosas que me ha enseñado el feminismo, y que confirmé en la posada, es que no se trata de una lucha de mujeres contra hombres (aunque a veces necesitemos romper para ser vistas). Se trata de entender qué nos trajo hasta aquà para no repetir patrones, a veces históricos, y para ello necesitamos aliados. Aliados que, junto a nosotras, cuestionen y comprendan cómo este famoso sistema patriarcal, del que tanto se habla, también afecta a los hombres, sean niños o adultos. No queremos pelear, estamos del mismo lado.






En este espacio, compartimos lecturas que nos inspiran, nos cuestionan y nos unen. Fotos de Aurelia Velasco, 2024
Finalmente, para cerrar el evento, hubo un intercambio de libros y la noche terminó con una sensación de alivio. ¡Qué padre tener estos espacios y abrirlos a hombres dispuestos a escuchar! Gracias, Stay Curious Club.
Es un camino largo, y por eso una posada feminista –mixta– es un gran comienzo.
Gracias por leerme.
Texto
Any Cano
Chihuahuense en Ciudad de MĂ©xico. Abogada especializada en competencia econĂłmica, con +10 años de experiencia. En su paso por la autoridad de competencia en MĂ©xico, ha encabezado diversos proyectos de resoluciĂłn, destacando los relacionados con la comercializaciĂłn de petrolĂferos, transporte aĂ©reo y de taxis, lo que le ha permitido desarrollar sus conocimientos en Derecho y aplicarlos para resolver cuestiones jurĂdico-econĂłmicas en mercados diversos en beneficio de las familias mexicanas.
EdiciĂłn
Marshiari Medina
Editora de Stay Curious Club, escritora y collagista. Actualmente estudia la licenciatura en Humanidades y Narrativas digitales. Es madre a tiempo completo, y directora de la iniciativa socioambiental Proyecto TropĂłsfera. Aficionada al chocolate, vive en una geometrĂa cĂłsmica hecha de mundos gobernados por lĂłgicas pop no-euclidianas.